Edward: ¿Quién es la cosa más bonita del mundo? Sí, sí… Tú. Tú
eres la cosa más bonita… *repetía una y
otra vez a Louis como si hablara con un bebé*
Louis era la sorpresa de Edward. Se
trataba de un gatito negro de dos semanas de vida, a la cual, Edward adoptó
especialmente para mi. Su nombre era lo que le convenció a adoptarle. Por mi parte, el nombre era perfecto y para Edward, ese nombre era especial.
Edward: Mira lo que le ha comprado papi a su pequeño Louis *dijo mientras sacaba de una bolsa, lo que
parece ser, ropa para gato* ¿Te gusta? Tiene una L de Louis, ¿a que es
precioso? *Se lo intentó poner a Louis.* Vamos
a enseñárselo a mami *Tras un gran
esfuerzo de ponerle a Louis el regalo, se dirigió a mi* Mira, ¿a que le queda estupendamente?
Yo: ¡Mira qué cosa más bonita!
Edward: Si bueno, ya lo sé, estoy genial ésta mañana… Pero mira a Louis. *Edward y yo nos pusimos a reír*
Yo: Hablaba de Louis, pero tú también estás muy guapo, sí… *dije antes de darle un beso*
Edward, Louis y yo estuvimos jugando un
rato en el salón. Estábamos en la casa de Edward. Él vivía con los chicos y ya que Jawaad iba a
visitar a su familia, William y James P. van a estar cada uno con sus
respectivas novias y James H. iba a pasar unos días en Irlanda, Edward y yo
decidimos aprovechar esos días en las que la casa iba a estar libre para estar
unos días juntos.
Edward: Por cierto, quería hablar sobre una cosa…
Yo: Dime.
Edward: Pues, he estado pensando que he conocido a tu madre y a
tu hermana, pero nunca he sabido nada de tu padre…
Yo: Ah, bueno… Mis padres se divorciaron cuando era pequeña,
dos años después de que mi hermana naciera.
Edward: Vaya. Es que quería conocer a tus padres, para
presentarme oficialmente… Ya que tú y yo estamos juntos-
Era la primera vez que Edward mencionara
algo sobre la relación que teníamos y con esto he comprendido que era
oficial, Edward y yo éramos pareja. La verdad es que me lo imaginaba pero es un
alivio escuchar aquellas palabras.
Yo: Si quieres, podemos hacerle una visita… Hace tiempo que
no le visito, no estaría nada mal.
Edward: De acuerdo. Por cierto, ¿dónde dejamos a Louis?
Yo: Nos lo llevaremos, tengo un bolso donde cabe y es
bastante grande… ¡Estará cómodo! Es que no quisiera dejarle solo en casa…
Edward: ¡Perfecto! Me cambiaré e iré a por el coche, ¿vale? *me da un beso en la frente y se va a su
habitación* Por cierto, *dijo gritándo* Después de ésto, irás a conocer a mi familia... Pero en otro día, ¿vale?
Yo: ¡Vale!
Yo: ¡Vale!
Edward no tardó nada en prepararse. Yo
ya estaba lista y Louis ya estaba cómodamente dentro de mi bolso.
Yo: Conduciré yo, ¿vale?
Edward: No hace falta, conduzco yo… Solo dime la dirección-
Yo: No seas bobo, conduzco yo, me hace mucha ilusión… Toma a
Louis.
*le dije mientras le daba a Louis, cogía las llaves de su mano, le daba un beso y
abría la puerta*
Sabía perfectamente el camino más corto
así que el viaje no duró más que tres cuartos de hora.
Edward: Cariño… ¿Por qué estamos aquí?
Yo: Para conocer a mi padre, ¿no es lo que querías?
Edward: Sí, pero, ¿por qué estamos aquí?
Yo: Hazme caso, ven. *le
cogí de la mano y le guíe el camino*
Anduvimos cinco minutos hasta por fin
llegar al sitio indicado.
Yo: Edward, te presento a mi padre. Papá, éste de aquí es el
segundo hombre que he podido amar en mi vida, después de ti, claro.
Edward estaba boquiabierto, se había
quedado de piedra. La reacción era normal, estaba desconcertado. Antes de que
pudiera hablar, le di unas explicaciones.
Yo: Mi padre murió en un accidente de avión, era aviador. Un
día perdió el control y bueno aqu-
*No pude seguir, las lágrimas me iban a hacer una visita y no lo podía
evitar. Edward se dio cuenta y me abrazó*
Edward: Bueno, es un día maravilloso y estoy conociendo a tu
padre, asi que alegra esa preciosa cara, ¿vale? *me dijo mientras me limpiaba la lágrima que se me había escapado y me
daba un beso en la mejilla* Buenas tardes, señor *dijo dirigiéndose a la lápida de mi padre* Su hija es una persona
maravillosa y me siento muy afortunado de estar a su lado. Prometo cuidarla
todos los días y respetarla. Sólo quería pedirle permiso. Sería un gran honor y
es un gran honor de que ella haya elegido estar conmigo-
Fue estupendo, Edward le dedicó unas palabras y le presentamos a Louis. Aquello me llegó al alma. Tras despedirnos, Edward y yo decidimos ir a cenar en algún sitio, pero por mala suerte, ningún local permitía tener a un animal dentro, aunque estuviese en un bolso. Teníamos muchas ganas de cenar así que pasamos por mi casa y le pedimos a mi hermana pequeña que haga de canguro de Louis por unas horas. Por suerte, mi hermana aceptó el trabajo y Edward y yo pudimos cenar tranquilos.
Después de aquello, recogimos a Louis, y Edward le dio dinero a mi hermana por haber trabajado muy bien, ella estuvo
encantada, como no. Antes de irnos, fui a mi habitación a por unas cosas
mientras que Edward me esperaba en el salón.
Mi Madre: ¿Qué tal? *dijo al
presentarse en la puerta de mi habitación*
Yo: Hola, mamá.
Mi Madre: Veo que esto va en serio, ¿qué tal te trata Edward?
Yo: Estupendamente, mamá. Es un chico maravilloso… Podría
decir que está formando parte de mi vida y aunque me cueste admitirlo… Creo que
me estoy enamorando de él.
Mi Madre: ¿Por qué te iba a costar? Si lo sientes, lo dices y ya
está-
Yo: Es que *solté un
suspiro* Tengo miedo…
Mi Madre: ¿Miedo de qué? *dijo
entrando y sentándose sobre mi cama*
Yo: Miedo a que no salga bien, a que me acostumbre a esto y
que después, todo se acabe…
Mi Madre: Confía en él, cariño. Es un buen chico, lo veo en como te
mira… No entiendo porqué tienes miedo-
Yo: Por ejemplo, mira papá y tú. Recuerdo que os queríais
mucho y de repente, tenía que hacer un viaje de casi una hora y media para
poder verle…
Mi Madre: Fue difícil, yo le había dejado, no me sentía cómoda y
había muchas discusiones…
Yo: Él te seguía queriendo, lo veía en sus ojos cada vez que
hablaba de ti *dije mientras me sentaba al
lado de mi madre*
Mi Madre: Oh, cariño… No te preocupes de nada, vive éste momento
con Edward y disfrútalo. *me dijo mientras me besaba la frente* Venga,
date prisa, que te está esperando. Pasadlo bien y no hagáis tonterías, por
favor.
Yo: Sí, mamá *dije
mientras soltaba una sonrisa con un intento fallido de disimulo*
Edward estaba en el salón jugando con
Louis y mi hermana. Nos despedimos de mi hermana y de mi madre y fuimos
directos a casa.
Al llegar a casa, puse mi ropa en el espacio que Edward me había hecho en su armario y me puse cómoda.
Los dos estábamos cansados así que nos
pusimos el pijama y nos fuimos a la cama. Tras estar una hora charlando, nos
quedamos al fin dormidos.
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