miércoles, 1 de febrero de 2012

Capítulo Veinte - Dime que me quieres, Prométeme un para siempre

Yo: Edward, a penas llevamos dos meses juntos y mira lo que he provocado... No podría separaros, no podría soportar más peleas como éstas
Edward: ¿Qué es lo que quieres tú?
Yo: Yo te quiero a ti
Edward: Bien, entonces aquí me tienes... Quédate.
Yo: Es que-
Edward: Es que no, parece que lo estás haciendo por Jawaad
Yo: ¿A qué te refieres?
Edward: Me refiero a que lo estás haciendo por Jawaad, porque él no puede tenerte y -
Jawaad: Nada *de repente, Jawaad apareció de la nada* Ya nada.
Yo: Jawaad, ¿dónde-
Jawaad: Llevaba un rato aquí, pero Edward se me había adelantado, de nuevo. Mirad, chicos, lo siento por todo lo que ha pasado, ha sido culpa mía. Lo siento Edward, he sido infantil... ¿Me perdonáis?
Edward: Tío *Edward y yo nos miramos* Claro que sí, tío *le sonrió y se abrazaron* 
Jawaad: Mira, yo te quiero, os quiero a los dos... Me he dado cuenta que si de verdad os quisiera, me alegraría por vosotros ya que estando juntos estáis feliz...
Yo: Gracias, Jawaad, ¡en serio! *me abalancé a él y le di un fuerte abrazo mientras le daba un beso en la mejilla* 
Jawaad: Bueno, última cosa... ¿Estáis juntos de nuevo?
Yo: Pues... *miré a Edward* Aun estábamos hablando...
Jawaad: Vale, yo os dejo seguir *se aleja de Edward y de mi*
Yo: Mira, sabes que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, ¿verdad?
Edward: Sí, y ¿sabes que lo eres tú para mi?
Yo: *me acerqué un paso más a él* y ¿sabes que te quiero con todas mis fuerzas?
Edward: Así me lo demostraste, *puso sus manos sobre mi cintura* y ¿tú? Sabes que te amo, ¿verdad?
Yo: Eso me dijiste... *puse mis manos sobre sus hombros* Volveré contigo
Edward: ¡BIEN!-
Yo: Con una condición
Edward: Cualquier cosa...
Yo: Uno, dime que me quieres
Edward: Te quiero
Yo: Prométeme un para siempre
Edward: Te prometo que estaremos juntos para siempre e incluso el doble... Nunca habrá un final
Yo: Ahora bésame.


Aquel beso fue el sello de más de cinco años de relación, aquel beso era un nuevo principio. Edward seguía cumpliendo aquella promesa. Jawaad se enamoró de una chica maravillosa, William seguía con su novia y Liam también. Nada acaba ahí, James H conoció a su media naranja, nada menos que mi mejor amiga Noemy.
Todos estábamos felices y todo iba maravillosamente, cada día quería más y más a Edward, lo mejor era que en mi veintiséis cumpleaños, pude disfrutar de una maravillosa fiesta de cumpleaños en la cual el mejor regalo fue ver a Edward agacharse y ponerse sobre una pierna, sacar un anillo del bolsillo y pedirme que me casara con él.
Nuestra historia nunca ha acabado y jamás lo hará, Edward formó parte de mi vida desde el principio y ahora, él es mi vida. 

Capítulo Diecinueve - Se acabó


Aquella noche fue la peor de mi vida, llegué a mi casa por pura suerte. No sabía por dónde iba, mi cabeza daba vueltas, hacía frío y había un largo camino a mi casa. 
No pude dormir aquella noche, ni la siguiente, ni las cinco noches siguientes. No salía de mi habitación, mi móvil no paraba de sonar, Jawaad me llamaba, Edward me llamaba, incluso Noemy y William me llamaban. Tenía más de doscientas llamadas perdidas y más de cien mensajes. No leía ninguno de ellos, ni siquiera miraba quién era el que estaba llamando en ese momento. 
Estuve casi una semana sin salir de mi habitación, ni siquiera para comer. Mi madre se las apañaba para dejarme la comida en la puerta de mi habitación. 
Un día, mi madre vino a mi habitación, pero esta vez no estaba sola, estaba William con ella.

Yo: William...
William: Hola, pequeña. ¿Puedo?
Yo: Pasa
William: ¿Qué tal estás? *se sentó a mi lado*
Yo: Destrozada
William: Ya ve-
Yo: William
William: Dime
Yo: Me voy
William: ¿Dónde?
Yo: Me iré a Nueva York
William: No puedes irte porque hayas roto con Edward
Yo: Solo es por un tiempo, no te preocupes
William: ¿Vas a ir sola?
Yo: No me queda otra, Noemy no quiere ir
William: ¿Quieres que vaya contigo?
Yo: No quiero que Edward se piense algo malo y Jawaad lo mismo
William: No seas tonta
Yo: Tienes tu trabajo aquí, el tour, las grabaciones...
William: Me pediré un mes de vacaciones, no te preocupes
Yo: ¿En serio?
William: Por supuesto. Mira, ahora mismo llamaré a mi agente

Estaba todo hecho, William se iba a venir un mes conmigo a Nueva York, su novia se apuntaba a partir de la mitad del mes y los tres volveríamos juntos. William me contó que Jawaad se había ido la noche de la pela y que no había vuelto a aparecer desde entonces, Edward casi no hablaba ni salía de su habitación. William vio que hablar de aquello no me sentaba bien así que empezamos ha hablar sobre el viaje, empezamos a mirar ofertas de billetes y al final optamos por coger un vuelo para dentro de dos días. William me ayudó a hacer las maletas y estuvimos como tres horas. William se quedó a comer y después se marchó a su casa a hacer sus maletas. 

Nos comunicamos mediante mensajes instantáneos, pero no nos volvimos a ver hasta el día del vuelo. William me había ido a recoger en coche, iba solo. Me había dicho que les había informado a Edward y a Jawaad sobre el viaje, a Jawaad le había mandado un mensaje ya que no cogía llamadas ni daba señales de vida, en cambio Edward, no dijo nada, cuando William dejó de hablar, se levantó, cogió sus cosas, se fue y no volvió hasta por la noche. 
No quería hablar del tema así que nos limitamos a escuchar la radio hasta llegar al aeropuerto. 
William llevaba un gorro, gafas de sol y yo también para evitar que nos reconocieran, aunque era más llamativo si le reconocieran a él. 
Estábamos a punto de entrar cuando oí que alguien me llamaba, empecé a buscar con la mirada y ví a Edward. Tenía un ramo de flores en la mano, se había vestido elegantemente e iba derecho a mi.

Yo: William, es Edward 
William: ¿Cómo? *empezó a buscarle con la mirada, cuando al fin le vio, una sonrisa apareció en su rostro* Ve a por él, ¡corre!
Yo: Yo... *me dio un empujón y dí tres pasos, Edward estaba a unos pasos* Edward, ¿qué haces aquí?
Edward: Intentar un último intento. No quiero que te vayas, por favor... Aunque solamente sea un mes o un día, no te vayas. Ya es suficiente sentirte lejos de mi como para que te vayas hasta Estados Unidos, no podría... Por favor, vuelve. Al coche, a tu casa... Conmigo.
Yo: Edward, yo...
Edward: Sabes que te quiero con todas mis fuerzas y sabes que no puedes estar sin mi
Yo: ¿Cómo puedes estar tan seguro?
Edward: Porque lo veo en como me miras y siento que si te vas, te llevarás todo. Mis latidos, el aire que respiro, las razones por las que tengo que seguir luchando... Por favor, dame una oportunidad, solo una y te prometo-
Yo: Edward, yo...

martes, 31 de enero de 2012

Capítulo Dieciocho - Edward y Jawaad

Fuimos en coche, Jawaad se había sentado en la parte de atrás, yo me senté en la parte del copiloto y William era el que conducía. Ninguno de los tres habíamos dicho ninguna palabra y la radio no estaba encendido, así que el silencio era el que reinaba el ambiente. Era el peor de los silencios, en ella flotaban los diferentes dolores que sentíamos entre Jawaad y yo. Por fin llegamos en la casa, en el momento en el que William introducía la llave en la cerradura de la puerta, recibí una llamada de Edward. Fui la primera en entrar y me dirigí directamente hacia el salón. Edward se encontraba ahí, estaba sentado en el sofá, tenía algo en las manos, una estaba el móvil, la otra parecía ser un trozo de papel. 

Yo: Edward, justamente había llegado... *vi que ni se había girado para mirarme* ¿Qué te pasa? *dije con la voz temblorosa y tartamudeando* ¿Estás bien? *por fin reaccionó y se giró hacia mi. Vio que William y Jawaad estaban tras mía y se levantó bruscamente*
Edward: ¿Ibais juntos?
William: Sí, habíamos ido a por-
Edward: Calla. 
William: Tío, ¿a ti qué te pasa?
Edward: No tiene nada que ver contigo William, si quieres quédate pero tendrás que estar callado, si no, te largas *después, clavó sus ojos en mí*
Yo: Edward... Me estás asustando.
Edward: Me encontré con ésto cuando fui a buscar a Jawaad en su habitación... *me acerqué y vi que era una de las fotos que nos hicimos Jawaad y yo cuando habíamos quedado* Que yo sepa, estáis solos y tú no vas a comprar un piso en un campo de flores
Yo: Edward, ¿por qué te estás poniendo así?
Edward: Me estoy poniendo así porque no soy tonto. 
Yo: ¿A qué te refieres? *pensé en la posibilidad de que haya pensado que Jawaad y yo nos hayamos enrollado* Si te piensas que hice algo malo con Jawaad, te equivocas-
Edward: No se me ha pasado pro la cabeza, no harías algo así... Aunque claro, también pensaba que tú *señalando con el dedo a Jawaad* eras mi amigo, es más eras como un hermano para mí...
Jawaad: Solo habíamos dado una vuelta ¿Qué hay de malo en eso? *empezó a gritar*
Edward: ¿Lo malo? Lo malo está en que estés intentando algo más que conseguir su amistad *empezó a gritar*

No me podía creer que Edward sepa que Jawaad sentía algo por mí. Miré rápidamente a William, también estaba sorprendido. Parece ser que él no ha dicho nada a Edward y que aquello le sorprende tanto como a mi.
Jawaad se había quedado callado y Edward estaba furioso, ésto no pintaba nada bien.

Edward: Ya veo *dijo calmando la voz mientras daba un paso atrás* ¿No tienes nada que decirme? Tengo razón y lo sabes *empezó a arrugar la foto y la tiró en el suelo* No te vuelvas a acercar a ella
Yo: ¿Cómo? 
Edward: ¿Qué pasa? Ya sabes sus intenciones, ¿le dejarás jugar?
Yo: Edward, sabes perfectamente que te quiero más que a nada del mundo, ¿por qué no confías en mi?
Edward: Confío en ti, pero no en él
Jawaad: Tú también hubieras hecho lo mismo
Edward: Te hubiera dicho lo que estaba pasando y ten por hecho que yo nunca intentaría ligar con ella si estuviese saliendo contigo
Jawaad: ¿Ah, si? ¡Claro, no tienes necesidad de ello ya que siempre lo consigues todo! 

Estaban volviendo a gritar y cada vez estaban más cerca el uno al otro. Me estaba poniendo nerviosa, me estaba destrozando ver aquella escena, tanto que empecé a llorar. Ninguno de los dos estaban demasiado pendiente en gritar como para darse cuenta de que había empezado a llorar. No sabía lo estaban diciendo, ya no entendía nada. Tenía los ojos llenos de lágrimas y la cabeza me había empezado a doler.
Vi como William se había acercado a Edward y a Jawaad para intentar calmarles. Cuando me quise dar cuenta, Edward le había empujado a Jawaad y éste le había devuelto aquello hasta empezar a pelearse.

Yo: ¡No! ¡PARAD POR FAVOR! *empecé a suplicar* No hagáis esto, por favor, dejadlo ya.

William había conseguido agarrar a Jawaad y yo pude parar, con mucho esfuerzo, a Edward. Estuve gritando que pararn hasta que por fin se me pudo oír.

Yo: ¡Basta! Yo no puedo seguir así, no puedo. Edward, te amo, siempre lo haré... Pero no puedo con ésto *le dije mientras le acariciaba la mejilla y le daba un beso en la otra* Jawaad, *le miré*  te lo vuelvo a repetir. Le amo, le amo más que a nada en el mundo... Tú eres para mí como un hermano a quien puedo recurrir cuando estoy mal o cuando no lo estoy, pero nada más y siento muchísimo que así sea *la cabeza me daba vueltas pero decidí no sentarme* y ¿sabéis lo que más siento? Todo ésto. Es una gran tontería y lo he causado yo. Jawaad, solo quiero que mantengamos una buena amistad, no te mereces a que te quedes con nada, ya es suficiente a que no puedas estar conmigo porque hay elegido a Edward... Edward, no tenías que ser tan egoísta, confía en mí. No va pasar nada... Pero ya es tarde
Edward: ¿Tarde? 
Yo: Sí, tarde
Edward: ¿A qué te refieres con eso?
Yo: Me refiero a que acabaré con el asunto. Siento decirlo pero, si ninguno de los dos estáis conformes con lo que tenéis... Será mejor que no tengáis nada
Edward: ¿Qué?
Yo: Me voy, *me dirigí hacia la puerta* lo siento, Edward. Espero volverte a ver, adiós *miré a William por última vez, después a Jawaad y por último, volví a mirar a Edward*

Salí de ahí con los ojos llenos de lágrimas, rompí a llorar nada más pasar por la puerta principal. Mi cabeza daba vueltas pero seguía andando sin pararme ni siquiera para tomar aliento. No quería volver a mi casa, no quería ir a ningún sitio. Deseaba con todas mis fuerzas que aquella noche nunca hubiese ocurrido, lo deseaba con todas mis fuerzas pero lo que había pasado ya era parte del pasado y no había manera de cambiarlo. Lo hecho, hecho está. Ahora toca vivir con aquella decisión...

Capítulo Diecisiete - Gritos y llantos

No me quedé tranquila después de aquello, William me había dejado pensando mucho. Cené con William aquella noche ya que Edward se encontraba mal, después William me llevó a casa.
No pude dormir aquella noche, estaba más confusa de lo normal, no pude evitar que llamar a William, él sabía lo que pasaba, cada historia, cada opinión. Por suerte aun estaba despierto.
Estuve media hora hablando con él, me sentía muy bien, sus opiniones eran muy neutros, no estaba de parte de nadie, quería el bien para todos. 

Yo: Me siento muy mal, William...
William: No tienes porqué
Yo: Sí, si tengo la culpa, ésto es demasiado. No puedo
William: Eres
Yo: Soy tonta
William: No lo eres, éstas cosas pasan
Yo: Voy a acabar con todo ésto antes de que se me vaya de las manos
William: ¿Qué vas a hacer?
Yo: Aun no lo sé, es acabarlo, aun no sé cómo
William: No hagas ninguna tontería

Me quedé callada, no sabía lo que iba a hacer y no le podía prometer a William que no iba a cometer ninguna  tontería, estaba desesperada. Entonces, me despedí de William e intenté dormir. Tenía que hacer algo con Jawaad, ésto no podía seguir así. 
Al día siguiente, Jawaad vino a mi casa, quería hablar conmigo, iba con William. Me sorprendió que vinieran los dos, así que me imaginé que no tendría nada que ver con el asunto de Jawaad.
Les dejé entrar en mi habitación, los dos se sentaron en mi cama y yo me senté en la silla de mi escritorio.

Yo: ¿Qué pasa, chicos? *William y Jawaad se miraron, después dirigieron sus miradas hacia mi. William le dio con el codo a Jawaad, supongo que es una señal para que hablase*
Jawaad: William ha hablado conmigo, bueno, he hablado con él y después hemos hablado *Jawaad se empezó liarse con sus propias palabras*
William: Lo que Jawaad está intentando decir es que su vida es la música y bueno, insistió en que lo eras tú también. Yo le dije que ahora mismo tú lo eres todo para Edward y que no podía seguir sin hablarle porque le da rabia que estés con Edward en vez de con él.
Yo: Jawaad... ¿Cómo puedes?
Jawaad: Lo siento, pero me destroza. No puedo
William: Ésto está yendo muy lejos y no le estoy culpando, Edward estaría de igual manera si supiera los sentimientos de Jawaad, por suerte, supongo, que no lo sabe. Ésto afecta mucho en el grupo, ¡en cuatro meses estaremos de gira! ¿Cómo vas a convivir con éso, Jawaad? *William le mira y siguió hablando sin dejar que pronunciase ninguna palabra* ¿Estar con el grupo en el bus o pedirte un bus sólo para ti? ¿Te largarás después de cada concierto y solamente aparecerás en los ensayos? No tío, no...
Yo: Jawaad, no puedes con ésto, no puedo con esto *las lágrimas estaban empezando a nublarme la vista* Me siento culpable, esto es todo por mi culpa *William iba a decir algo peor no le dejé* Sí, William, lo es. Quiero mucho a Edward y lo siento, Jawaad. No sé qué hubiera pasado si te hubiese conocido antes, pero me acuerdo de que me acerqué a tí cuando conocí a Edward y tú no te quedaste ni a mirar, ¿sabes lo que pienso? Que te has fijado en mí porque era alguien por salir con Edward. No es justo Jawaad, simplemente, no lo es... *empecé a llorar como nunca había hecho* Quiero con locura a Edward, me hizo sentirme especial desde el primer momento y no ha parado en hacerlo...
Jawaad: Vale, lo mío no fue un amor a primer vista, pero
Yo: Pero nada *me levanté de la silla* Esto será injusto para tí pero lo será también si dejo a Edward y me voy contigo, porque él ha estado ahí desde el principio, ha luchado desde el principio-
Jawaad: Ah, ¿y yo no lo he hecho? *se levanta bruscamente de la cama* Vale, sí, no he estado desde el primer día, sí, no me he parado a conocerte cuando te acercaste a mí, pero desde que supe que eras especial no he parado de luchar por tu atención, por estar a tu lado aunque sea solo un segundo, aunque no sea nada más que un amigo... ¿A caso no cuenta?
Yo: Sí cuenta, pero cuenta más aquello que ha estado haciendo Edward
Jawaad: Es injusto, fue antes que yo-
Yo: No Jawaad, pudiste empezar el mismo día que él y en vez de eso, me ignoraste. Ni siquiera me miraste cuando me firmaste un autógrafo. Ninguno de vosotros, excepto Edward, me miró. Porque yo era una fan más...
William: Chicos, calmaros *se acerca a mi y me da un pañuelo* Anda, sécate las lágrimas, preciosa. No quiero que llores, ¿vale? *nos miró a Jawaad y a mi* Vamos, esto ha sido suficiente-
Yo: No. Iré con vosotros a casa y hablaremos con Edward, antes de que ésto se vaya de las manos. *Miré a William* Ya sé lo que voy a hacer

domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo Dieciséis - Un día con Jawaad


Jawaad se presentó en mi casa después de la hora de comer el jueves. Llevaba una chaqueta de cuero negro, un pantalón vaquero azul y unas botas miliares negras. Llevaba dos cascos en la mano.

Jawaad: Espero que no tengas miedo en montar en moto.
Yo: Si eres un buen conductor, no tengo miedo *le sonreí, mientras que me daba uno de los cascos*
Jawaad: Solo el mejor de los conductores *me guiña el ojo* Bueno, ¿preparada para dar una vuelta?
Yo: Preparada *sonreí* ¿A dónde vamos?
Jawaad: A dar una vuelta.
Yo: Eso está muy bien *me reí* Pero me refiero si vamos a ir a algún lugar en concreto.
Jawaad: Vamos a ir en muchos sitios. Va a ser un día relajante, sin preocupaciones.

Fue divertido ir en moto, sentir el viento rozar mi cuello, mis manos… Era casi como volar. Me agarraba a Jawaad, al principio, para no caerme, después, era por el simple hecho de que podía sentir sus latidos. Me relajaba, me gustaba la sensación que me daba. Aquello era muy relajante, podría incluso quedarme dormida. Por suerte, en el momento en la cual mis ojos empezaban a cerrarse, Jawaad paró la moto.

Jawaad: Ya hemos llegado. ¿Qué te parece?
Yo: Jawaad, ¡este sitio es hermoso!
Jawaad: Solía venir aquí a componer… ¿Te gusta?
Yo: ¡Me encanta!

Estábamos en medio de un campo de hierbas altas y de flores de miles de colores.

Jawaad: Quería empezar nuestro día aquí. ¿Qué te parece si nos vamos en el medio?
Yo: Vamos, ¡te echo una carrera! *empecé a correr*
Jawaad: ¡No vale! Has empezado antes *empezó a correr tras mía*

Jawaad se lanzó a mí por detrás y me levantó del suelo mientras que daba una vuelta. Al final caímos al suelo casi sin respiración.
Estuvimos mirando las nubes.

Jawaad: ¡Mira! Esa tiene forma de corazón.
Yo: Más bien de un hígado *solté una carcajada*
Jawaad: Bueno, es verdad, que el corazón lo tengo aquí *me coge la mano me lo pone sobre su pecho*
Yo: Claro que sí. Si asi no fuera, no estarías vivo *dije mientras quitaba la mano y me sentaba*
Jawaad: Te equivocas, si tú no estás no viviría.
Yo: Eso es mentira, has vivido toda tu vida sin haberme conocido.
Jawaad: Pero ahora que te conozco, ya no es lo mismo.
Yo: Eso es muy bonito *le sonreí y miré el paisaje*

Jawaad sacó una cámara de fotos de su chaqueta y comenzó a hacerme fotos.

Yo: ¡Eh! ¿Qué haces? *me reí* No me hagas fotos.
Jawaad: No. Quiero tener un recuerdo de éste día. Además es un desperdicio no plasmar esa belleza tuya en una foto.
Yo: Bueno, te dejo que me hagas fotos…
Jawaad: ¡Bien!
Yo: Pero si sales conmigo *le guiñé el ojo*
Jawaad: No hay problema.

Estuvimos un rato haciéndonos fotos. Hubo carcajadas después de cada flash. Nos lo estábamos pasando muy bien, aunque aquella escena me recordaba de la cita que tuve con Edward. Aun así, me lo estaba pasando muy bien.

Jawaad: Bueno, quiero más fotos pero aquí no. ¿Preparada para el siguiente sitio al que te voy a llevar?
Yo: ¿Dónde vamos ahora, Jawaad?
Jawaad: A merendar. Vamos.

De nuevo nos subimos en la moto, ésta vez estuve abrazada a Jawaad en todo el camino. No sabía porqué ni quería saberlo. Se estaba muy bien y quería quedarme así.
Jawaad me llevó en una cafetería en el centro ambientado en los años 60’s Me encantó aquello, Jawaad había acertado. Nos tomamos un batido de chocolate cada uno con helado de vainilla por encima.

Jawaad: ¿Te estás divirtiendo?
Yo: Esto es genial, Jawaad. Me encanta este local. Ven, dame la cámara, quiero hacer fotos.

Nos reíamos, nos hacíamos fotos, hablábamos de cualquier tontería… ¡Me lo estaba pasando muy bien!
Después de aquello, Jawaad me llevó a ver tiendas. Nos probamos gafas, sobreros… ¡Era una locura! Foto por aquí, foto por allá y ¡qué no falten las carcajadas! Estaba pasando una tarde maravillosa.
Por la noche, Jawaad me llevó a un restaurante y comimos en la terraza.

Yo: Me lo he pasado muy bien, ha sido genial.
Jawaad: Me alegro. Ha sido increíble, me ha encanto estar contigo hoy.
Yo: Igualmente.
Jawaad: ¿Qué te parece si bajamos la comida con un paseo?
Yo: ¡Genial! Pero, ¿qué harás con la moto?
Jawaad: No pasa nada. Mira, hacemos esto; iremos en moto hasta el parque que hay cerca de tu casa e iremos a dar ese pase.
Yo: Me parece muy bien.

Terminamos de cenar y fuimos en moto hasta el parque.  Empezamos a andar a dirección a mi casa. Ya era de noche y lo único que iluminaba el parque eran las farolas y la luna.

Yo: Me encanta mirar a la luna, es preciosa, sobre todo ahora que es luna llena…
Jawaad: Yo prefiero mirarte a ti, sin duda, eres más preciosa que miles de lunas juntas *Jawaad dejó de andar e hizo que yo me parase*
Yo: ¿Qué te pasa? *me cogió de la mano*
Jawaad: Te quiero.
Yo: Jawaad, yo-
Jawaad: Por favor, no.
Yo: ¿Cómo?
Jawaad: Te quiero a más no poder, y no podría soportar volver a oírte decir que quieres a Edward.
Yo: Entonces no diré nada…
Jawaad: Bésame.
Yo: No *retiré mi mano de la suya*
Jawaad: Lo siento, tenía que intentarlo.
Yo: Jawaad, eres alguien especial para mí. No quiero perderte pero no me pidas que te bese porque no lo haré, estaría mal y no podría soportarlo.
Jawaad: Ahí está el problema, que me quieres pero no lo suficiente como para que sientas lo mismo que yo.
Yo: No lo hagas más difícil.
Jawaad: Siento causarte tantas problemas-
Yo: No lo sientas *me acerqué a él y le di un abrazo*
Jawaad: ¿Qué tengo que hacer para que me ames? *me susurra al oído*
Yo: Lo siento, Jawaad *dejé de abrazarle y pude ver como una lágrima rodaba sobre su mejilla* ¿Estás llorando?
Jawaad: No *dijo mientras miraba el suelo para que no le viese la cara*
Yo: Por favor, no… *puse mis manos sobre sus mejillas e hice que me mirara. Le limpié las lágrimas con mis pulgares e intenté sonreírle para que dejara de llorar* Por favor, no llores ¿sí?
Jawaad: Quiero que sepas que te amo. Que lo seguiré haciendo todos los días de mi vida, aunque sea en la sombra de Edward.  ¿Vale?
Yo: Jawaad, te quiero… Gracias por comprenderlo. Creo, creo que deberías irte ya. Yo ya sé como volver *le di un abrazo* Adiós.

Me fui de ahí antes de que Jawaad me dijera nada. Él se quedó de pie en medio de la oscuridad. La verdad es que no sé porqué pero al final acabé llorando aquella noche.
Quería a Edward pero al ver a Jawaad llorar me rompió el corazón. Aquello era más complicado de lo que jamás pude haberme imaginado, más de lo que puedo soportar.

Al día siguiente, Edward me fue a recoger y nos fuimos a su casa. Sólo estaba William, el resto habían salido. Edward empezó a sentirse mal, así que se fue a dormir, mientras que yo me quedé a solas con William.

William: ¡Por fin a solas! Quería hablar contigo en privado.
Yo: ¿Cómo? *ya había oído aquello antes y estaba deseando que no acabase como aquella vez*
William: Bueno, me he enterado que ayer estuviste con Jawaad…
Yo: Así es.
William: Está colado por ti, ¿sabes?
Yo: Ya me quedó claro, sí… Espera, ¿Edward-
William: No te preocupes, no sabe nada de lo de Jawaad. Aunque sí sabe que has estado con él. Jawaad sabe que le molestó cuando te acompañó a ver pisos.
Yo: Oh, vaya…
William: Se lo mencionó a Edward, al principio, no reaccionó pero al final dijo que no pasaba nada.
Yo: Supongo que eso está bien.
William: No digo que estuviera bien o mal. Pero te aviso que al final Edward va a saber sobre lo que siente Jawaad y no va a ser bueno.
Yo: Me siento culpable…
William: Tranquila. No quiero que nadie se pelee aquí y bueno Jawaad se tendrá que aguantar ya que Edward está contigo. A no ser que quieras a Jaw-
Yo: Quiero a Jawaad, pero como amigo, nada más.
William: Está bien. A mi me has caído muy bien y para mí eres como una hermana *me empezó a revolver el pelo* Pero, estoy viendo cómo acabará esto.
Yo: ¿Cómo?
William: Edward, Jawaad y tú hablando. Los tres juntos y sólo dos saldrán con el corazón de una pieza…

Capítulo Quince - La quedada


No había nada más que decir, aquello era mágico. Estar con Edward me hacía sentir querida, segura de mi misma, hacía que me olvidara de mis problemas, de Jawaad.
Cuando salimos de la piscina, me di cuenta que Jawaad me había llamado unas cinco veces, no sabía porqué pero algo me imaginaba. Decidí no llamarle, quería estar relajada y centrada en Edward. Aun así, Jawaad no tardó en mandarme un mensaje. Tenía suerte que Edward estaba dándose una ducha, no quisiera que me preguntase quién era el que me estaba llamando y mandando mensajes sin cesar. Antes de leer nada, puse mi móvil en modo silencio, por si a caso.
“Hola preciosa ¿Qué tal estás? Decía el mensaje He llamado varias veces, supongo que estás con Edward… Sólo quería oír tu voz un rato. Bueno, llámame cuando puedas. Con amor, Jawaad”
No pude contestar ni a sus llamadas ni a su mensaje, simplemente, no está bien. Amaba con todas mis fuerzas a Edward y aquello no estaba bien. Me sentía muy mal solo con plantearme si sentía algo más que amor hacia un amigo. Jawaad me entendía y teníamos muchas cosas en común, pero no es lo mismo. 
No, no era el momento de pensar en aquello. Edward terminó de ducharse, ahora me tocaba a mí. No pude pensar en otra cosa que en Jawaad, ¡me estaba comiendo la cabeza! No sé porque seguía pensando y pensando cuando sé que Edward era a quien quería… Lo peor era pensar en alguna posibilidad de que me gustase Jawaad. No era una sensación muy aconsejable.

Aquel día fue maravilloso y la noche fue tranquila a pesar de los pensamientos sobre Jawaad, aun así conseguí olvidarme del asunto en algún punto de la noche.
Edward y yo dormimos juntos, como ya es de costumbre. Me quedé profundamente dormida mientras escuchaba a Edward cantar. Su voz era preciosa, mejor que la de mil ángeles cantando juntos, me sentía bien al escuchar su voz, como en casa, sin problemas y como si todo fuese perfecto. Me sentía como si fuera una niña de cinco años acurrucada bajo las mantas pensando que estoy a salvo de los monstruos bajo la cama, ya que aquella era la única cosa que me preocupaba.

Edwardme despertó al día siguiente. Él estaba de pie junto a la cama con una bandeja en la mano. Me había traído el desayuno en la cama, aquello sí que era un despertar maravilloso.

Edward: Buenos días, mi amor *me dijo para despertarme*
Yo: Hola, cariño. Buenos días.
Edward: ¿Te acabas de despertar? Porque parece que ya te has arreglado, estás preciosa.
Yo: ¿Eso es una frase para ligar? *me reí*
Edward: Ya se que no es muy buena, pero he estado pensando en esa frase casi quince minutos mientras te preparaba el desayuno.
Yo: Vaya, vaya *solté una carcajada* Vamos a la cocina y a desayunemos, pues.
Edward: ¿A la cocina? ¡Por favor! No dejaré que la mujer de mi vida se levantase hasta la cocina para desayunar, por eso, hoy he decidido que vas a tener el desayuno en la cama.
Yo: No tenías porqué *dije mientras me acomodaba y mientras que Edward ponía la bandeja sobre la cama* Ven, desayuna conmigo.
Edward: No, yo ya he desayunado, no te preocupes. *se ríe* No podía trabajar sin antes desayunar, así que, comí antes.
Yo: Vamos, sé que quieres *le guiñé el ojo* A ti te gusta comer y no me vas a decir que no.
Edward: Bueno vale *se acomoda a mi lado* ¡Ah por cierto! Casi se me olvida…
Yo: ¿El qué? *dije extrañada*
Edward: Esto *se acerca a mi y me da un beso* Se me olvidaba el beso de buenos días.

Estuvimos en la cama desayunando más de media hora, ya que no parábamos de hablar y de soltar tonterías. Era agradable tener esas mañanas, daban ganas de comerse el mundo.
Cuando por fin terminamos, Edward se fue a la cocina a limpiar los platos mientras que yo me dispuse a prepararme para hacer el viaje de vuelta. Sinceramente, ni Edward ni yo queríamos volver pero él y yo teníamos trabajo.
De repente, mi móvil empezó a sonar. Era Jawaad, y había más de veinte llamadas perdidas suya, decidí responderle.

Yo: Hola
Jawaad: Hola, ¿qué tal estás?
Yo: Bien, ¿y tú?
Jawaad: Bien…

Jawaad se quedó callado, por un instante pensé que me había colgado, pero aun seguía ahí, es más, a partir de un momento podía oír perfectamente su respiración.

Yo: Jawaad *dije para romper aquel silencio* Siento no haberte cogido las llamadas-
Jawaad: Si te estoy molestado y no quieres que te moleste, solamente tienes que decirlo.
Yo: No seas tonto, tú nunca me molestarías. Pero quería un poco de tiempo solamente para Edward-
Jawaad: Tu tiempo siempre es de Edward-
Yo: Sí, pero-
Jawaad: Ya que no puedo ser más que un amigo para ti, al menos dame un poco de atención. Siempre estará Edward delante de mí, lo he entendido e intento vivir con eso. Pero, no hagas que me sienta aún peor cuando le dedicas todo tu tiempo a él y a mí…  
Yo: Jawaad, lo siento. De verdad que lo siento, mira… ¿Qué tal si quedamos este jueves? Un día solamente para ti.
Jawaad: No lo hagas por pena.
Yo: No lo estoy haciendo por pena. Tienes razón, quiero mucho a Edward y me paso si encima le doy toda mi atención, te mereces un poco de aquello… Venga, el jueves, ¿qué te parece?
Jawaad: Ahora mismo no sé, ya te llamaré. Adiós.
Yo: Vale. Adiós.
Jawaad: Te quiero. Mucho. *cuelga el teléfono*

Era increíble lo que acababa de pasar, acabo de quedar con Jawaad. Bien, eso está bien. Espero que Edward no se alarme, además, me dijo que a partir de ahora le iba a parecer bien si me junto con Jawaad. Aun así, no sé si mencionarle sobre mis planes para éste jueves.

Dejé de pensar en aquello y seguir como si nada. Edward y yo hicimos el viaje de vuelta a casa, me dejó en mi casa y se despidió de mí.
Cuando entré en mi habitación, había un ramo de flores encima de mi cama. Pensé que era de Edward, pero al leer la tarjeta me quedé de piedra.
Era de Jawaad.  “Te quiero ahora y para siempre” decía la tarjeta.
Decidí inmediatamente mandarle un mensaje a Jawaad agradeciéndole aquello. No pasaron más de diez minutos hasta que me contestara. “Siento haberme puesto así ésta mañana. Ya sé que me invitaste tú el jueves, que, por cierto, acepto. Pero me tienes que dejar a mi que elija el sitio a donde vamos, ¿te parece bien?” me dijo. “Está bien” Era lo único que pude contestarle. “Va a ser genial, te lo prometo” Jawaad tenía algo en mente, pero no sé el qué.
Es una tontería, pero aquel mensaje hizo que me pusiera nerviosa.

sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo Catorce - Tú, yo y las estrellas que nos acompañan


Yo: Así es…
Edward: ¿Pensabas decírmelo?
Yo: ¿Qué es lo que intentas decirme?
Edward: No se, hombre, me hubiera gustado ir a ver pisos contigo y además de que no me dices nada sobre el tema, te vas con Jawaad.
Yo: Jawaad me dijo que tenías trabajo…
Edward: Sí, pero hubiera pasado por ir contigo.
Yo: Pero, ¡si sólo es ver unos pisos! Tampoco es para tanto… No sé por qué te estás poniendo así. Yo no quería molestar ni intervenir en tu trabajo.
Edward: Quiero que quede claro que eres más importante que m trabajo.
Yo: Edward… No quiero discutir por una tontería.
Edward: Vale, lo siento. Mañana me pasaré a verte, ¿vale?
Yo: De acuerdo.
Edward: Te quiero. Siempre.
Yo: Te quiero…

Aquella no era la conversación que me hubiera gustado tener antes de dormir, aun así, la cosa no fue a peor. Mañana Edward vendrá y espero que no haya discusiones.

A la mañana siguiente, Edward se presentó en mi casa con un ramo de rosas y una caja de bombones.

Edward: Esto es para ti. Siento lo de ayer, no sabía lo que hacía.
Yo: No pasa nada Edward, muchas gracias. Son preciosas.
Edward: Me alegro que te haya gustado. Bueno, ¿qué te parece si nos vamos?
Yo: ¿Dónde?
Edward: A dar una vuelta.
Yo: Vale, pero ¿dónde piensas ir?
Edward: Vente conmigo y déjate llevar.
Yo: Bueno, eso es mejor que no decirme nada. Espera que me ponga el abrigo y nos vamos.
Edward: Te espero en el coche.

Edward me llevó al cine, vimos Titanic. Lo mejor es que no había nadie en la sala ya que era un lunes y ni siquiera había pasado la hora de comer.

Edward: ¿Sabes qué? *dijo de repente mientras estábamos viendo la película*
Yo: Dime.
Edward: Que lo nuestro es tan bonito y tan real como ésta película. Lo que pasa es que lo nuestro es mejor ya que no nos hundiremos.
Yo: Yo nunca te dejaría ir, iría contigo hasta el fondo del océano *le di un beso*

La película estuvo genial, lloré con ella como me pasaba siempre, pero ésta vez Edward estaba ahí para abrazarme, limpiarme aquellas lágrimas y besarme en mis mejillas aún húmedas.
Después de la película, Edward me llevó a la azotea del Cine, donde había en medio, una mesa para dos, espaguetis y un señor con traje nos esperaba, parece ser que es un tipo de camarero ya que nos iba trayendo el segundo plato, las bebidas, el postre...

Edward: Estás preciosa.
Yo: Anda, no seas tonto. Ni siquiera me he podido arreglar…
Edward: Pues eso demuestra que tu belleza es natural.
Yo: Mira que eres tonto *me sonrojé*
Edward: Si tengo que ser un tonto para contemplar tu belleza, llámame idiota.

Hubo silencios, pero ninguna fue incómoda. No paraba de mirarme sin dejar de sonreír por un segundo. Era así cada vez que estaba con Edward, nunca me cansaría de aquello, es más, podría quedarme así para siempre.
Hablamos de todo y a la vez de nada, con una mirada aprendimos a decirnos te amo con una sonrisa, con una mirada, un bésame.
Estar con él me hacía la persona más feliz del mundo, todo lo que me rodeaba desaparecía. No había palabras que pudiera describir tales sentimientos.

Edward: Oye, tengo que decirlo.
Yo: ¿El qué?
Edward: Primero, vuelvo a pedirte perdón por como había reaccionado con el hecho de que Jawaad te había acompañado a ver pisos. Pido perdón mil veces por eso, fui tonto, sin duda.
Yo: Tranquilo, te perdono. No le des más vueltas.
Edward: Bueno, pero tenía que decirlo, además, sé que tú estás conmigo porque quieres-
Yo: Así es.
Edward: y no tengo poder sobre ti, pero quiero que sepas que me aparece bien que salgas con Jawaad. Es un gran amigo mío y seguro que lo será para ti también.

No supe qué decir en aquel momento, solo me limité en mirarle a los ojos, deseando que no me leyera los pensamientos y a sonreírle.

No, pensé, estás en un momento mágico y especial. No pienses en Jawaad.

Después de la comida, Edward me llevó en un local, era una mezcla entre un restaurante, un bar y una discoteca, lo mejor es que había música jazz, blues y demás en directo.
Edward y yo estuvimos bailando horas y horas. Canciones lentas, rápidas… Sin duda aquella tarde me lo había pasado como si de una película de amor se tratase.

Edward: ¿Tienes hambre?
Yo: Un poco, pediré algo-
Edward: No, no. Te llevo a comer en la casa de vacaciones de mi padrastro. Está inhabitada y bueno, me encanta aquel sitio. La casa es rústica, es como si estuviese hecha de madera, tiene piscina y bueno, tiene vistas alucinantes.
Yo: Suena genial, vamos.
Edward: Bueno, ¿sabes qué? Mejor pídete un mini sándwich porque vamos a tardar algo para hacer el viaje.
Yo: ¿Es que está tan lejos?
Edward: Algo así, pero merece la pena. Te lo prometo.

Edward me pidió un sándwich y fuimos al coche. Estuvimos casi dos horas y media haciendo el viaje.

Yo: Edward, ¿a dónde me llevas?
Edward: Ya te lo he dicho.
Yo: Pero, es que llevamos más de una hora viajando. ¡Esto no es estar algo lejos, esto es estar muy lejos!
Edward: No te preocupes, que ya llegamos *se ríe*
Yo: Llegaremos muy tarde a casa…
Edward: Pues nos quedamos ésta noche.
Yo: ¿Cómo? Mi madre no sabe nada de dónde voy a estar-
Edward: No te preocupes, la llamé cuando fui al baño.
Yo: Vaya cosas que haces, Edward *me reí*
Edward: Merece la pena, sobretodo si te hace feliz.
Yo: Seguro que sí.

Habíamos llegado en tres horas. ¡Estábamos en la montaña! Al parecer, la casa de vacaciones del padrastro de Edward estaba situada en uno de las montañas cercanas de la zona.
Sin duda, Edward no mentía cuando dijo que la casa era muy bonita. Parecía hecha enteramente de madera y las vistas… Oh, las vistas. Se veía un paisaje hermoso, sobre todo con el color dorado que tenía al atardecer.
Mientras miraba todo aquello, Edward me abraza por sorpresa y me susurra al oído.

Edward: ¿Qué te parece, te gusta?
Yo: Es preciosa, esto es increíble… No tengo palabras.
Edward: Mejor, así me besas.
Yo: Ven aquí *nos besamos*

Tras el beso, Edward me cogió en brazos y me llevó dentro de la casa. Aquello era muy espacioso a pesar de ser una especie de cabaña en el bosque. Había un salón con su chimenea, sus adornos colgadas en las paredes y hasta había un televisor de plasma. Los colores eran marrones, beis, rojo… Parecía un atardecer de otoño permanente.

Mi estancia ahí fue maravillosa, mientras miraba las fotos de Edward de cuando era pequeño, Edward se había ido. No me había dado cuenta de ello hasta que noté que había demasiado silencio.

Yo: ¿Edward? *miré a mi alrededor* ¿Edward, dónde estás? *empecé a buscarle por la casa* ¡Edward!
Edward: ¡Ven fuera, en la piscina! *me contestó al fin*
Yo: ¡Por fin! *me dirigí hacia la puerta que daba a la zona trasera de la casa donde estaba la piscina* Creí que te habías ido sin m-

Me quedé de piedra, aquello era alucinante, precioso. No sabía qué decir. Me acerqué poco a poco a Edward, que estaba de pie junto a la piscina.

Edward: ¿Qué te parece?
Yo: Yo…Yo… No sé qué decir.
Edward: ¿No te gusta?
Yo: Gustar, no me gusta… *Edward puso cara de tristeza* ¡Esto me encanta! *Edward volvió a sonreír, ésta vez su sonrisa era más amplia, más bonita…*

Ya había anochecido, lo cual hacía que aquello fuese más bonito. Había luces que iluminaban el fondo de la piscina, en el agua flotaban miles de pétalos de rosas, en cada esquina de la piscina había velas de distintos tamaños, colores y las había a montones. En uno de los lados de la piscina estaban los altavoces donde se podía oír una pieza tocada en el piano. Lo mejor estaba flotando en el centro de la piscina. Era un colchón de esas de aire. Era de un color azul oscuro, en ella había una manta roja y varios cojines.

Edward: Ven, acércate.
Yo: ¿Vamos a subirnos ahí?
Edward: Por supuesto, no tengas miedo, no nos caeremos. Es un colchón especial, no se hundirá ni se dará la vuelta. Esto no acabará siendo como Titanic, no te preocupes.
Yo: De acuerdo.

Edward lo acercó a nosotros mediante una cuerda, primero me subí yo y después se subió el. Estuvimos contemplando las estrellas y el paisaje.

Yo: Edward, ¿por qué está soltando humo el agua de la piscina?
Edward: Es que yo soy muy patoso y bueno, ésta piscina puede ser climatizada, así que el agua estará calentita, por si me caigo de aquí *se ríe*
Yo: El humo le da todo un toque misterioso, es muy bonito.
Edward: Es verdad *me mira y nos quedamos mirando*
Yo: Te amo.

Edward no dijo nada, solo se quedó mirándome y poco a poco se fue acercando. Me rodeó la cintura con una mano e hizo que me tumbara. Él estaba a mi lado, aun tenía su cara en frente de la mía, la parte de su torso estaba encima de mí, poco a poco Edward se fue acercándose a mi. Lo hacía todo lentamente, pude sentir su respiración mientras que se acercaba a mí, hasta llegué a sentir sus latidos, que iban al compás con los míos. Solo faltaba un milímetro de distancia, poco a poco cerramos los ojos y cuando me quise dar cuenta, nos fundimos en un beso. Fue apasionado, fue sincero.
Con aquel beso nos habíamos dicho todo lo que hemos estado sintiendo, con cada caricia que lo acompañaba, una promesa.

Después de aquello, me acomodé a su lado y estuvimos mirando el cielo estrellado.

Edward: Todas esas estrellas me tienen envidia.
Yo: No seas tan creído solo por ser una estrella del pop *me burlé* Pero, deberían, porque eres lo más bonito que he visto en mi vida, sin duda tu eres el Sol comparado con éstas estrellas…
Edward: Te equivocas, no soy más que ellas. Lo eres tú y me tienen envidia porque solamente yo puedo disfrutar de esto contigo… Porque has preferido estar a mi lado que estar en el cielo con ellas.

Más y más palabras como aquellas fueron dichas, hubo bromas, risas y tonterías.
Al final, con tanto movimiento, Edward se calló al agua.

Yo: ¡Edward! ¿Estás bien?
Edward: Genial, estoy genial *dijo riéndose*
Yo: Pero, ¿qué haces?
Edward: Me estoy quitando la ropa, ¿no lo ves? Es que pesa mucho y no puedo nadar bien.
Yo: ¿Es que piensas nadar? ¡Si hace frío!
Edward: El agua está caliente y se está muy a gusto. ¡Ven conmigo!
Yo: No seas tonto, Edward. No pienso meterme… *Me agarra de la mano y me tira al agua* ¡Ah!
Edward: ¿Ves? *me agarra de la cintura para que flote*
Yo: Oh, mira. Estoy empapada… ¡Y no tengo ropa!
Edward: Vamos, no pienses en eso ahora. Quítate la ropa así, se seca.

Me fui quitando la ropa hasta quedarme en ropa interior. La verdad es que se estaba muy bien dentro del agua.

Yo: Edward *me acerqué a él y le abracé* Gracias por éste momento.
Edward: Gracias a ti por completarlo y hacerlo perfecto. *me pegó a él y le rodee la cintura con mis piernas mientras nos dimos un largo beso*

La noche no acabó ahí, estuvimos nadando y nadando sin parar, estuvimos flotando uno al lado del otro, mirando las estrellas, hablando de nuestras tonterías.
No faltaron en ningún momento aquellas miradas, las sonrisas, los te quieros, los abrazos.
Aquella noche fue una de las mejores noches de nuestras vidas.