domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo Quince - La quedada


No había nada más que decir, aquello era mágico. Estar con Edward me hacía sentir querida, segura de mi misma, hacía que me olvidara de mis problemas, de Jawaad.
Cuando salimos de la piscina, me di cuenta que Jawaad me había llamado unas cinco veces, no sabía porqué pero algo me imaginaba. Decidí no llamarle, quería estar relajada y centrada en Edward. Aun así, Jawaad no tardó en mandarme un mensaje. Tenía suerte que Edward estaba dándose una ducha, no quisiera que me preguntase quién era el que me estaba llamando y mandando mensajes sin cesar. Antes de leer nada, puse mi móvil en modo silencio, por si a caso.
“Hola preciosa ¿Qué tal estás? Decía el mensaje He llamado varias veces, supongo que estás con Edward… Sólo quería oír tu voz un rato. Bueno, llámame cuando puedas. Con amor, Jawaad”
No pude contestar ni a sus llamadas ni a su mensaje, simplemente, no está bien. Amaba con todas mis fuerzas a Edward y aquello no estaba bien. Me sentía muy mal solo con plantearme si sentía algo más que amor hacia un amigo. Jawaad me entendía y teníamos muchas cosas en común, pero no es lo mismo. 
No, no era el momento de pensar en aquello. Edward terminó de ducharse, ahora me tocaba a mí. No pude pensar en otra cosa que en Jawaad, ¡me estaba comiendo la cabeza! No sé porque seguía pensando y pensando cuando sé que Edward era a quien quería… Lo peor era pensar en alguna posibilidad de que me gustase Jawaad. No era una sensación muy aconsejable.

Aquel día fue maravilloso y la noche fue tranquila a pesar de los pensamientos sobre Jawaad, aun así conseguí olvidarme del asunto en algún punto de la noche.
Edward y yo dormimos juntos, como ya es de costumbre. Me quedé profundamente dormida mientras escuchaba a Edward cantar. Su voz era preciosa, mejor que la de mil ángeles cantando juntos, me sentía bien al escuchar su voz, como en casa, sin problemas y como si todo fuese perfecto. Me sentía como si fuera una niña de cinco años acurrucada bajo las mantas pensando que estoy a salvo de los monstruos bajo la cama, ya que aquella era la única cosa que me preocupaba.

Edwardme despertó al día siguiente. Él estaba de pie junto a la cama con una bandeja en la mano. Me había traído el desayuno en la cama, aquello sí que era un despertar maravilloso.

Edward: Buenos días, mi amor *me dijo para despertarme*
Yo: Hola, cariño. Buenos días.
Edward: ¿Te acabas de despertar? Porque parece que ya te has arreglado, estás preciosa.
Yo: ¿Eso es una frase para ligar? *me reí*
Edward: Ya se que no es muy buena, pero he estado pensando en esa frase casi quince minutos mientras te preparaba el desayuno.
Yo: Vaya, vaya *solté una carcajada* Vamos a la cocina y a desayunemos, pues.
Edward: ¿A la cocina? ¡Por favor! No dejaré que la mujer de mi vida se levantase hasta la cocina para desayunar, por eso, hoy he decidido que vas a tener el desayuno en la cama.
Yo: No tenías porqué *dije mientras me acomodaba y mientras que Edward ponía la bandeja sobre la cama* Ven, desayuna conmigo.
Edward: No, yo ya he desayunado, no te preocupes. *se ríe* No podía trabajar sin antes desayunar, así que, comí antes.
Yo: Vamos, sé que quieres *le guiñé el ojo* A ti te gusta comer y no me vas a decir que no.
Edward: Bueno vale *se acomoda a mi lado* ¡Ah por cierto! Casi se me olvida…
Yo: ¿El qué? *dije extrañada*
Edward: Esto *se acerca a mi y me da un beso* Se me olvidaba el beso de buenos días.

Estuvimos en la cama desayunando más de media hora, ya que no parábamos de hablar y de soltar tonterías. Era agradable tener esas mañanas, daban ganas de comerse el mundo.
Cuando por fin terminamos, Edward se fue a la cocina a limpiar los platos mientras que yo me dispuse a prepararme para hacer el viaje de vuelta. Sinceramente, ni Edward ni yo queríamos volver pero él y yo teníamos trabajo.
De repente, mi móvil empezó a sonar. Era Jawaad, y había más de veinte llamadas perdidas suya, decidí responderle.

Yo: Hola
Jawaad: Hola, ¿qué tal estás?
Yo: Bien, ¿y tú?
Jawaad: Bien…

Jawaad se quedó callado, por un instante pensé que me había colgado, pero aun seguía ahí, es más, a partir de un momento podía oír perfectamente su respiración.

Yo: Jawaad *dije para romper aquel silencio* Siento no haberte cogido las llamadas-
Jawaad: Si te estoy molestado y no quieres que te moleste, solamente tienes que decirlo.
Yo: No seas tonto, tú nunca me molestarías. Pero quería un poco de tiempo solamente para Edward-
Jawaad: Tu tiempo siempre es de Edward-
Yo: Sí, pero-
Jawaad: Ya que no puedo ser más que un amigo para ti, al menos dame un poco de atención. Siempre estará Edward delante de mí, lo he entendido e intento vivir con eso. Pero, no hagas que me sienta aún peor cuando le dedicas todo tu tiempo a él y a mí…  
Yo: Jawaad, lo siento. De verdad que lo siento, mira… ¿Qué tal si quedamos este jueves? Un día solamente para ti.
Jawaad: No lo hagas por pena.
Yo: No lo estoy haciendo por pena. Tienes razón, quiero mucho a Edward y me paso si encima le doy toda mi atención, te mereces un poco de aquello… Venga, el jueves, ¿qué te parece?
Jawaad: Ahora mismo no sé, ya te llamaré. Adiós.
Yo: Vale. Adiós.
Jawaad: Te quiero. Mucho. *cuelga el teléfono*

Era increíble lo que acababa de pasar, acabo de quedar con Jawaad. Bien, eso está bien. Espero que Edward no se alarme, además, me dijo que a partir de ahora le iba a parecer bien si me junto con Jawaad. Aun así, no sé si mencionarle sobre mis planes para éste jueves.

Dejé de pensar en aquello y seguir como si nada. Edward y yo hicimos el viaje de vuelta a casa, me dejó en mi casa y se despidió de mí.
Cuando entré en mi habitación, había un ramo de flores encima de mi cama. Pensé que era de Edward, pero al leer la tarjeta me quedé de piedra.
Era de Jawaad.  “Te quiero ahora y para siempre” decía la tarjeta.
Decidí inmediatamente mandarle un mensaje a Jawaad agradeciéndole aquello. No pasaron más de diez minutos hasta que me contestara. “Siento haberme puesto así ésta mañana. Ya sé que me invitaste tú el jueves, que, por cierto, acepto. Pero me tienes que dejar a mi que elija el sitio a donde vamos, ¿te parece bien?” me dijo. “Está bien” Era lo único que pude contestarle. “Va a ser genial, te lo prometo” Jawaad tenía algo en mente, pero no sé el qué.
Es una tontería, pero aquel mensaje hizo que me pusiera nerviosa.

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